¿Cómo se debe realizar una incorporación remota?
27 Jul
Trabajar de forma remota ahora para muchos de nosotros no es algo nuevo; si bien, hay un aspecto poco conocido: la incorporación. Si todo el proceso es completamente virtual, entonces, ¿cómo se debe realizar la incorporación remota para que los nuevos empleados se sientan cómodos cuando no te han conocido personalmente?
Se trata de construir una conexión social. Muchos directivos y empleados han encontrado verdaderas dificultades para fomentar esa sensación de conexión en el mundo virtual que nos trajo el COVID-19.
Para los gerentes que están bien establecidos en su empresa, es fácil recurrir a las conexiones que se hicieron cuando había una oficina compartida. Pero ¿qué pasa con los empleados que apenas estaban empezando a construir sus redes (profesionales y personales), o aquellos que tienen que hacer sentir su presencia únicamente a través de una pantalla?
Algunas empresas están haciendo que funcione. Pero se necesita más que un rompehielos a través de una videollamada para construir el nivel de confianza que se supone que durará toda una carrera. Se necesita más que los check-in programados, porque a veces las cosas en la mente de un empleado pueden pasar antes de que llegue la reunión.
Según Glassdoor, las organizaciones con un proceso de incorporación fuerte y bien estructurado mejoran la retención de nuevos empleados en un 82 %.
Por lo tanto, tener un programa de incorporación bien pensado no solo es importante para ayudar a los nuevos empleados al principio. Es crucial para ayudarlos a quedarse a largo plazo.
Los procesos de incorporación son diferentes para cada empresa dependiendo del negocio y la industria. Sin embargo, la incorporación remota no es completamente nueva para todos, y a continuación se presentan algunos de los consejos que la hacen más llevadera:
- Grupos de afinidad.
Invitar a nuevos empleados a unirse a las reuniones del grupo de afinidad ayudará a que se sientan más bienvenidos porque hay otros puntos de debate, aparte de los proyectos, en los que pueden involucrarse. - Preguntas inesperadas.
Hacerles preguntas inesperadas para generar respuestas y conversaciones interesantes. Por ejemplo, «¿Alguna vez has conocido a alguien famoso?» o «¿Cuál era tu banda favorita hace 10 años?» - Apoyo informático.
Lo último que un nuevo empleado necesita es añadirse la presión de que todo funciona correctamente, además de aprender un nuevo rol. Haga que obtener todo el equipo que necesitan y los procesos de TI sean lo más fluidos posible. - Un chat es un chat, una reunión una reunión.
Mantenga los chats, y asegúrese de que sólo son chats. Muchos de nosotros hemos experimentado que las puestas al día de 10 minutos se han traducido en reuniones de pleno derecho. Los chats cortos y frecuentes ayudan a las personas a sentirse menos solas. Las reuniones frecuentes e inesperadas pueden consumir un tiempo excesivo y obligar a los nuevos empleados a saltar de unos temas a otros y evitan que se centren en sus prioridades. - Ser el “nuevo” por un tiempo.
Tranquilizar a las personas nuevas, o a aquellos que se han mudado a un nuevo rol, reconociendo su condición de “nuevos”. Esto ayudará a quitar la presión y permite que cada uno aprenda a su propio ritmo. - Encontrar un amigo. Unir a la nueva incorporación con alguien de un perfil similar a ellos, es una buena idea. Los amigos y mentores proporcionan una valiosa perspectiva interna y un clima de confianza en el que realizar preguntas y posibilitar una adaptación más rápida. Así que idealmente, esta persona no debería ser el gerente. Pero hablando de gerentes, deben acompañar al nuevo empleado en su viaje y contribuir a su involucración en los proyectos para que se sientan incluidos y participen desde el inicio.
- Las mentorías no necesitan tener un final definitivo.
El esquema de amigos o mentores no tiene por qué ser temporal. Cuando el calendario inicial esté ‘oficialmente’ terminado, puede prorrogarse con nuevos objetivos.
Si hay algo que los interim managers han aprendido mientras trabajan de forma remota, es que ya no volveremos completamente a nuestras formas no remotas. En este sentido, Dirk Kremer, socio-director de QMT, indica que el teletrabajo es un desafío para las empresas desde tres puntos de vista: tecnológico, legal y sentido común. En este último punto es donde las empresas deben trabajar con mayor sentido de la flexibilidad.