El factor determinante del alto rendimiento
Dice Brian Tracy (empresario, escritor de ventas y desarrollo personal) que la única diferencia entre las personas de alto rendimiento y la de bajo rendimiento son sus hábitos. En QMT, como empresa especializada en interim management personalizado y que ofrecemos servicios con rendimientos extraordinarios, estamos de acuerdo.
Para este autor, las personas de alto rendimiento, exitosas y felices son aquellas que han dedicado tiempo y disciplina a desarrollar unos hábitos que los han llevado a avanzar y prosperar en todos los ámbitos de su vida.
La buena noticia es que los hábitos se aprenden si uno los desea. El límite lo ponemos nosotros mismos. Así, si estamos dispuestos a dedicar tiempo, energía y (algunos pensadores añaden=, dinero), podremos convertirnos en la persona excelente que somos capaces de ser.
Uno de estos hábitos poderosos es el de la planificación estratégica personal, que nos lleve a aumentar la rentabilidad de nuestros esfuerzos, al estar orientados a la consecución de nuestros objetivos proyectados hacia delante.
Cinco preguntas para mantenerte enfocado
Si bien, hoy quiero centrarme en estas cinco preguntas que, como profesionales de alto rendimiento, nos mantienen centrados. Cinco preguntas que, de convertirlas en hábito diario, te ayudarán a utilizar tu tiempo siempre al máximo nivel y productividad.
- ¿Por qué me pagan?
¿Para qué me han contratado? ¿Qué logros esperan de mí? ¿Qué resultados específicos y cuantificables quieren de mi trabajo?
- ¿Cuáles son mis tareas más valiosas?
Las tres tareas más importantes de tu día a día suponen el 80 % de tus resultados, el resto son de soporte. ¿Sabes cuáles son?
- ¿Es una tarea que sólo puedo hacer yo?
Hay tareas en la que destacas más que nadie y aportas mucho valor a la empresa, ¿cuáles son?
- Si sólo pudiera hacer una cosa al día, ¿cuál sería?
Sé efectivo desarrollando tus habilidades en el core de tu trabajo.
- ¿Cómo puedo utilizar mejor mi tiempo?
Desarrolla el hábito de trabajar de manera consistente en lo que te genera más rendimiento que cualquier otra cosa en un momento dado. Practica el Deep Work, es decir, realiza las tareas de manera plena, evitando distracciones e interrupciones; y así podrás ofrecer la mejor calidad posible.