Las oportunidades de los ciclos económicos

En tiempos de recesión económica, muchas empresas se ven obligadas a reducir costes y recortar gastos para poder sobrevivir. Sin embargo, también es cierto que una recesión económica puede presentar oportunidades para aquellas empresas que estén dispuestas a innovar y adaptarse al entorno cambiante. Desde la identificación de nichos de mercado hasta la optimización de procesos internos, una empresa puede adoptar una mentalidad de crecimiento y superar los desafíos económicos del momento. Cualquiera de las situaciones requiere liderazgo, determinación, foco de los ejecutivos que deben dirigirlas y, sobre todo, “haberlas vivido antes”.

En estas circunstancias, reforzar el equipo directivo con un interim manager experimentado, puede ser la llave que abra la caja del éxito.

Si bien las medidas macroeconómicas pueden prolongar los períodos de prosperidad o aliviar los efectos de las recesiones, no pueden eliminar la naturaleza cíclica del crecimiento y declive de la economía.  La expansión y contracción son características propias de nuestro sistema económico.

El éxito comercial de las empresas en muchas ocasiones se cultiva en condiciones económicas desfavorables, independientemente del tamaño de la empresa.  Esto se aplica tanto a las grandes compañías como a las pequeñas y medianas empresas. Las más exitosas son aquellas que han aprovechado las oportunidades durante los ciclos económicos menos favorables.

Cuando la economía entra en una fase desfavorable, las empresas tienden a adoptar ciertas conductas para mitigar los efectos.  Estos incluyen priorizar la liquidez, renegociar los costes de los insumos con los proveedores para una relación a largo plazo, reducir los gastos de la fase de expansión anterior y reforzar las relaciones con los clientes.

Estas estrategias son necesarias, pero tiene un recorrido limitado, en la mayoría de los casos. Por eso centrarse únicamente en ellas, sería perder una gran oportunidad para la innovación en tiempos adversos. Durante esos períodos poco favorables, los líderes de las empresas están más abiertos a aceptar cambios e introducir nuevas ideas. La clave en estos procesos de cambio es poder definir y ejecutar un plan de transformación al tiempo que se mantienen los procesos ordinarios de la compañía y el negocio del día a día no se ve afectado.

Un interim manager puede permitir esa dualidad en tiempos de cambio. En unos casos responsabilizándose del plan de transformación, mientras que otros directivos siguen dedicando la mayor parte de su tiempo al negocio ordinario. En otros, es el interim manager quien se encarga del día a día, liberando al ejecutivo correspondiente para liderar el cambio.

El secreto del éxito y la longevidad empresarial no es simplemente adaptarse a los ciclos desfavorables, sino aprovecharse de estas situaciones y transformarlas en oportunidades.

Para capitalizar las distintas oportunidades que presenta una desaceleración económica, se pueden plantear tres estrategias clave.

 

Incorporar capacidades con costes fijos más bajos para hacer crecer el negocio

La primera estrategia, suponiendo que la compañía disponga de suficientes recursos financieros, sería aprovechar la oportunidad de ganar terreno en la industria, mejorando las habilidades técnicas de los ejecutivos y empleados, y aprovechando los beneficios de disponer de costes fijos más bajos a través de la expansión de las operaciones empresariales.

El enfoque más efectivo para lograr este objetivo es mediante la adquisición de empresas que están luchando en esta situación económica poco favorable, pero que tienen aptitudes y tecnología que pueden complementar y fortalecer el negocio.  Al hacerlo, la empresa obtiene acceso a nuevas dimensiones de negocio y capacidades esenciales para el crecimiento.

Las cadenas minoristas también pueden capitalizar la disponibilidad de ubicaciones de tiendas físicas de primer nivel que, en cualquier otra situación, serían inalcanzables.

Esta estrategia, normalmente implica un incremento de la estructura de costes a largo plazo, que debería compensarse con el mayor volumen de negocio.

Sin embargo, el incremento de costes no tiene por qué ser permanente, o se puede minimizar.  El interim management permite incorporar recursos cualificados y experimentados de primer nivel, durante el tiempo necesario para implementar la estrategia de crecimiento, dejando después la gestión del nuevo modelo de negocio en manos de ejecutivos menos experimentados y, por tanto, más económicos.

 

Asignar los recursos disponibles en basa a la visión del negocio

La segunda estrategia sería aprovechar la oportunidad para examinar como están asignados los recursos de la empresa y determinar si se alinea con la visión general de la compañía.

Cuando los recursos son escasos, es importante adoptar un criterio que no reduzca arbitrariamente la inversión y el gasto.  En su lugar, se debe realizar un análisis cuidadoso para eliminar o reasignar los gastos que no estén en línea con la estrategia comercial y relacionar la alineación de la inversión y el gasto con la estrategia comercial principal de la empresa.

Sin embargo, no siempre es obvio identificar qué inversiones o gastos son prescindibles sin limitar la competitividad de la empresa a largo plazo y sus opciones de crecimiento. Un interim manager puede facilitar esta complicada labor gracias a los años de experiencia con los que cuenta, que le han permitido comprobar empíricamente el impacto a largo plazo de decisiones tomadas en tiempos de incertidumbre. Evitar tomar decisiones erróneas puede ser la mejor decisión a largo plazo.

 

Potenciar la profesionalización y el modelo de gestión de la compañía

La tercera estrategia recomendada es corroborar las bases del plan de negocio y asegurar la sostenibilidad a largo plazo del modelo de las operaciones de la compañía.  Aunque los períodos de relativa calma ofrecen una mejor oportunidad de abordar esta tarea, muchas veces nos encontramos esta estrategia integrada en un plan de transformación cultural o de negocio que tiene su origen en una situación de incertidumbre económica.

La clave del éxito está en potenciar la profesionalización y el modelo de gestión de la compañía, incorporando perfiles complementarios, asegurando los contrapesos necesarios dentro de la organización, sin olvidar la finalidad de seguir una ruta común con objetivos ambiciosos. La definición de estos perfiles no siempre es fácil, a menudo falta información que permita una adecuada visión a largo plazo. En otras ocasiones no están disponibles, o los plazos de búsqueda son más largos de lo deseado.

Para potenciar la profesionalización en la compañía, incorporar a un interim manager con altas capacidades de gestión puede ser la inversión idónea, ya que ha sido partícipe en varias situaciones similares anteriormente y no tendrá dudas de cómo abordar la situación. A medida que se avance en la profesionalización, mejorará la visibilidad sobre las necesidades reales de la compañía a largo plazo, lo cual permitirá ejecutar una selección más precisa y, seguramente, más económica, puesto que el grueso de la transformación estará hecho.

Para capitalizar la próxima expansión económica y obtener una ventaja competitiva en el mercado, sería recomendable que la empresa considerara adoptar una de estas tres estrategias en un momento de incertidumbre, como el actual.  Al hacerlo, la empresa estará mejor posicionada en la industria y generará mayores beneficios durante todo el ciclo.