Autodirección a través del autoconocimiento

En las últimas décadas, en el campo del management se ha reconocido la importancia de cultivar líderes que posean habilidades de autodirección y autoliderazgo. Un líder exitoso primero debe tener un sentido claro de la dirección que quiere que tome su propia vida.

Si bien, el mentoring y el coaching han abordado el tema de la autoconciencia, pocos enfoques han adoptado una postura radical al respecto. Algunos lo ven como una mera habilidad que deben desarrollar los gerentes, mientras que otros lo reducen a identificar un conjunto de rasgos personales.

El concepto de autodescubrimiento y su vital importancia no es una idea novedosa. La filosofía griega exaltó su significado hace miles de años. Hoy, esta antigua creencia ha resurgido como un factor clave en la gestión empresarial. Lograr la sostenibilidad en las organizaciones requiere un liderazgo sabio, que se deriva de la madurez personal y la introspección. Si bien las habilidades técnicas son cruciales, la gestión exitosa requiere cualidades humanas como la autoconciencia. Por lo tanto, el autoconocimiento ahora se considera una habilidad gerencial vital para un liderazgo consistente.

La necesidad de comprenderse a uno mismo para convertirse en un líder más eficaz

Para tener éxito en el dinámico panorama empresarial actual, los directivos actuales deben poseer una habilidad esencial: la autoconciencia.

Desafortunadamente, esta habilidad vital a menudo se pasa por alto en los programas de capacitación ejecutiva. Sin embargo, es imperativo que los líderes se conozcan a sí mismos para afrontar los desafíos de los entornos de gestión modernos. Esta autoconciencia conduce a un liderazgo más consistente, lo que en última instancia beneficia a la organización en su conjunto.

Desarrollar competencias como el autoconocimiento beneficia enormemente a los directivos:

En primer lugar, ayuda a ejercer un liderazgo efectivo, ya que un directivo consciente de sí mismo sirve como una figura ejemplar e inspiradora para sus colegas. Tal líder se gana una mayor confianza y puede influir en el comportamiento de los demás a través del ejemplo personal.

En segundo lugar, el autoconocimiento promueve una vida de coherencia y desarrollo del carácter. No solo corrige las deficiencias personales, sino que también fomenta la realización de todo el potencial de uno.

En tercer lugar, este atributo ayuda indirectamente en el cumplimiento de las responsabilidades gerenciales. Los gerentes que poseen autoconocimiento pueden identificar y actualizar mejor el potencial de sus colaboradores, ya que conocen sus propias capacidades y pueden inspirar a otros a mejorar también.

 

Comprender áreas específicas de la propia psicología es crucial

Las últimas investigaciones psicológicas sobre la autoconciencia indican una falta de consenso sobre los dominios que son más esenciales para lograr el autoconocimiento.

Para profundizar en uno mismo, es posible explorar áreas específicas de la propia psicología:

    1. La personalidad

    El comportamiento, las actitudes y las reacciones únicas y características de cada individuo están determinadas por su organización dinámica psicofísica. Esta serie de cualidades aprendidas abarca distintas formas de percepción, sentimiento, pensamiento y acción.

    1. Comprender el propio temperamento

    El temperamento son los rasgos biológicos innatos que dictan el comportamiento y las acciones de uno a lo largo de su vida, todos los cuales están determinados por la genética. Hacer un balance del temperamento de uno puede beneficiar mucho el crecimiento personal de un gerente. Esto permite discernir las características que se derivan de los rasgos heredados, que están arraigados en nuestro ser. Identificar estos elementos nos permite aprender a vivir con ellos y aprovecharlos al máximo de su potencial.

    1. Conocer el carácter propio

    La dimensión de las cualidades mentales y conductuales adquiridas a través del aprendizaje permanente es crucial. Como gerente, comprender el carácter de uno es vital para desbloquear el potencial personal. Esta dimensión de la esencia humana es maleable, por lo que es aún más importante que los gerentes se involucren en el autoconocimiento e identifiquen las virtudes adquiridas, las fortalezas y los patrones dominantes de talento.

    1. Entender la realidad emocional

    Se ha demostrado la importancia de la dimensión afectiva en el trabajo gerencial, por lo que es crucial comprender cómo se manifiesta en los gerentes. Sin embargo, las emociones son un producto de la complejidad humana y están influenciadas por numerosos factores que entran en juego simultáneamente, lo que dificulta la diferenciación entre emociones y sentimientos en la práctica.

    1. Explorar cómo los factores externos pueden ayudar en el autodescubrimiento

    La idea de que el autoconocimiento no debe ser una búsqueda solitaria fue la primera en establecerse. Por el contrario, sólo es posible lograrlo con la ayuda de los demás. Como individuos que interactúan constantemente con los demás, necesitamos que nos comprendan mejor a nosotros mismos. Por ejemplo, un gerente puede volverse más racional después de tener conversaciones con otros. El método socrático sugiere que la percepción de uno puede volverse más clara a través de los ojos de otra persona.

 

El directivo necesita conocer su propósito personal para autodirigirse

Un gerente, como cualquier otra persona, debe tener una comprensión práctica del propósito de su vida. Esta conciencia de propósito tiene dos ventajas prácticas que pueden ser increíblemente beneficiosas para un gerente. En primer lugar, proporciona claridad sobre la existencia de uno, resolviendo así cualquier ambigüedad y confusión sobre el lugar de uno en el mundo. En segundo lugar, ofrece dirección para ayudar a uno a enfocarse en el camino correcto. Estas dos experiencias significativas son cruciales para la vida autodirigida. Cada individuo necesita un motivo para vivir, lo que enfatiza la importancia de identificar la propia razón de ser.