Medir la excelencia del CEO

Medir la excelencia del CEO

Los CEO tienen muchas formas de medir su propio trabajo en el desarrollo de sus funciones.

Un criterio utilizado en prácticamente todas las clasificaciones de «mejor CEO» de empresas es cuánto valor crea un CEO para la organización; y es que la creación de valor hace posible sostener la búsqueda de otras metas.

Habitualmente, la excelencia de un CEO se debe medir sobre un periodo de 4-6 años. El objetivo es evitar que se impulsen medidas para incrementar el resultado a corto plazo, comprometiendo el de medio plazo.

Pero las medidas financieras de la excelencia del CEO tienen una grave deficiencia: están fuertemente influenciadas por factores fuera del control del CEO. Por ejemplo, la “dotación” que hereda un CEO (por ejemplo, la base de ingresos de la empresa, los niveles de deuda y las inversiones pasadas en I+D) representa el 30 por ciento de lo que permite a una empresa pasar del promedio al quintil superior de beneficio económico. Las tendencias industriales y geográficas representan el 25 por ciento.

El 45 por ciento restante que el CEO puede controlar es de lo que hablamos en un post anterior sobre el modelo de excelencia del CEO. La brecha entre los directores ejecutivos excelentes y los de menor rendimiento es amplia, como muchos directores saben de primera mano.
Una cosa a tener en cuenta: un excelente CEO no es el que destaca en cada una de sus 18 responsabilidades únicas. De hecho, no conocemos quién lo haga. Si bien, se observa que los mejores directores ejecutivos suelen ser excelentes en algunas áreas, capaces en todas las demás y desafiados en ninguna. Cuantas más áreas sobresalga un CEO, mejores tenderán a ser sus resultados.

Además, el énfasis que los directores ejecutivos deben poner en las responsabilidades individuales cambiará con el tiempo. El tiempo dedicado a establecer la estrategia corporativa al principio del mandato de un CEO normalmente dará paso a la puesta a punto e impulsar la ejecución, y luego a resaltar los resultados tangibles que generan credibilidad con las partes interesadas.

En algún momento, sin embargo, se vuelve importante mirar a la empresa con nuevos ojos y decidir sobre el siguiente conjunto de movimientos audaces, realinear la organización, actualizar el equipo y los procesos, y así sucesivamente.

El liderazgo es importante y ningún líder es más importante que el líder de los líderes. Los ejecutivos designados para el puesto más alto pueden mejorar sus capacidades de liderazgo al comprender y adoptar la mentalidad y las prácticas que definen la excelencia del CEO.

 


 

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