12 mensajes para hacer frente a los cambios e incertidumbres de las empresas
26 Ago
Siempre hemos apostado por una buena biblioteca empresarial, que nos aporte los conocimientos necesarios y nos ponga al día de las novedades de gestión que podamos aplicar con nuestros interim managers; y, sobre todo, que nos dé luz para afrontar nuevos proyectos con proactividad y hacerlos rentables para nuestros clientes.
Buscando una lectura para estos días estivales, apareció un viejo libro, ya de 1994, titulado “The Financial Times on Management”, editado por Christopher Lorenz y Nicolas Leslie. Este libro cuenta con un capítulo cuyo contenido es perfecto para estos tiempos de crisis y, por tanto, de cambio. Habla de cómo hacer frente a los cambios e incertidumbres en las empresas.
Comienza con una cita de Nicolás Maquiavelo que es una declaración de intenciones: “Quien desee el éxito constante debe cambiar su conducta de acuerdo con los tiempos”. Sus primeros párrafos tampoco tienen desperdicio, aquí van:
Al igual que los potentados, los políticos y los funcionarios, los empresarios siempre suelen quejarse del ritmo acelerado de cambios. Suelen lamentarse también de la incertidumbre que suelen acompañarlos. En realidad, los cambios son a menudo perfectamente previsibles.
Aunque hay muchas maneras de hacer frente y de adaptarse a los cambios imprevistos, la gente quiere estabilidad, algo previsible. […] La realidad es distinta. La mayoría de expertos en historia de la economía y de la sociedad diría que los periodos de calma y certidumbre son la excepción y no la regla, sobre todo desde inicios del siglo XIX.
En este post queremos ofreceros los doce mensajes que nos señalan los autores, y que estamos convencidos de que serán de vuestra utilidad:
- La semilla del futuro fracaso de muchas empresas está oculta en su éxito actual.
- Las culturas de las empresas no solo son mucho más fuertes de lo que creen muchos empresarios, sino que cambiarlas plantea problemas todavía mayores.
- Incluso cuando se está produciendo, y sin que haya concluido este largo proceso de mentalidad, las empresas deben empezar a moverse como rayos para reaccionar ante los cambios en su entorno competitivo y tecnológico.
- La dirección al nanosegundo no consiste solamente en adoptar estrategias de respuesta, adaptándose a los cambios de la corriente, sino que es también una estrategia activa en el sentido de moldear el entorno antes de que lo haga la competencia.
- Ningún directivo, ninguna empresa, podrá, no ya prosperar, sino sobrevivir, si se limita a permanecer inmóvil. Constantemente deben poner al día sus capacidades, sus conocimientos, sus actitudes y su comportamiento.
- Una importante manera de superar las barreras al cambio es confiar en gente nueva para que lleve un nuevo proyecto.
- La fuerza de la competitividad hay que buscarla allí donde haya algo único, notable y potencialmente duradero para ofrecer.
- Es preciso defender, reforzar e impulsar el “núcleo de ventaja (competitiva)” frente a la idea de atacar cualquier frente.
- Es necesario construir lo que los consultores y los expertos académicos han denominado “capacidad de la organización”, es decir, la capacidad para llevar a cabo las estrategias.
- Las empresas deben también aprender a organizarse para trabajar en equipos multifunciones.
- El estilo de gestión y la “capacidad de organización” deben ser contemplados como aspectos tan centrales como su potencial estratégico, de marketing y tecnológico.
- Una empresa solo prosperará si pone los intereses de sus clientes y de sus empleados por lo menos al mismo nivel que el objetivo convencional de ofrecer a los accionistas el mayor beneficio posible.