Decisiones programadas vs. Decisiones no programadas

Decisiones programadas vs. decisiones no programadas

Los tipos de toma de decisiones en las organizaciones pueden presentar una gran variedad: ¿debemos cambiar nuestra cultura corporativa? ¿nos introducimos en nuevos mercados cuya evolución es difícil de prever? ¿qué empleados recibirán incrementos salariales ¿implementamos sistemas con nuevas tecnologías en los procesos de producción? ¿qué criterios vamos a utilizar para las promociones de los empleados?

Decisiones programadas

Buena parte de las situaciones a las que es necesario dar respuesta en la vida organizacional diaria cuentan con un carácter habitual, rutinario, previsible, repetitivo. Ante ellas, las personas que han de tomar la decisión, ya ocupen niveles ejecutivos o niveles operativos, suelen poseer información clara, criterios bien definidos y procedimientos estructurados, además de tratarse generalmente de problemas conocidos que permiten ser afrontados sin tensiones o dudas significativas.

Situaciones como, por ejemplo, qué hacer cuando un empleado llega tarde de manera sistemática, cómo solucionar un conflicto de competencias entre capataces, cómo sustituir a un empleado de baja por enfermedad o qué procedimiento utilizar para comunicar un error o un retraso en la recepción de suministros, constituyen problemas relativamente previsibles que han de solucionarse con rapidez y para los que suelen existir respuestas especificadas.

En resumen, las decisiones programadas consisten básicamente en seguir las reglas, es decir, conocer cómo hay que responder ante determinadas situaciones o problemas habituales e implementar los mecanismos necesarios para afrontarlos. Este tipo de decisiones reciben en ocasiones la denominación de decisiones estructuradas.

Las decisiones programadas son aquellas que se toman en respuesta a problemas que se encuentras bien definidos y se desarrollan de acuerdo con un plan o procedimiento previamente establecido cuya eficacia ha podido comprobarse en ocasiones anteriores.

 

Decisiones no programadas

En estos casos se suele disponer de información ambigua e incluso contradictoria, de procedimientos establecidos y definidos con poca o nula claridad y se carece de reglas que ayuden a tomar la decisión.

Las decisiones no programadas se toman para responder a situaciones nuevas o a problemas mal definidos.

Como respuesta a situaciones en muchos casos únicas, las decisiones no programadas exigen una buena dosis de creatividad e innovación, así como la capacidad de asumir retos y riesgos en la utilización de procedimientos y soluciones no ensayadas. Estos procesos de decisión se caracterizan por la incertidumbre y reciben en ocasiones la denominación de decisiones no estructuradas.

Ejemplos de este tipo de decisiones pueden encontrarse ante situaciones como la necesidad de llevar a cabo una renovación tecnológica en la empresa, responder afirmativa o negativamente ante una oferta de joint venture o una fusión, intentar competir en mercados inexplorados, contratar a los mayores expertos en I+D para renovar la gama de productos de la firma, etc.

Son en estos casos, en los que la figura de seniors, como son los interim managers de QMT, son la mejor de las opciones. Su gran capacidad de gestión unida a una proactividad innata y a una experiencia contrastada en este tipo de procesos, hacen que su contratación personalizada, por un tiempo determinado, sea de una gran rentabilidad para las empresas y obtengan un rendimiento extraordinario.