
¿El COVID-19 traerá una nueva geografía del trabajo?
10 Mar
Desde hace años sabemos que la innovación y la tecnología tienen un efecto laboral “multiplicador” y que crea diferencias, cada vez más marcadas, en el desarrollo entre ciudades. El economista Enrico Moretti, asesor de Barack Obama y experto en geografía del trabajo, describió la forma en que las innovaciones tecnológicas cambiaron las condiciones de laborales, las del salario e incluso las culturales, en especial en el aspecto educativo.
Para Moretti, las ciudades y regiones capaces de atraer trabajadores cualificados y empresas innovadoras suman y crecen cada vez más, en cambio, las que no arriesgan en esa dirección, pierden cada vez más terreno. Así, durante la última década, los trabajos se concentraron en las ciudades más grandes del mundo y la gente acudió a ellas, pero la nueva realidad del trabajo remoto, como consecuencia de la pandemia, puede frenar e incluso revertir esa migración.
Según la consultora McKinsey, las ciudades más grandes de los Estados Unidos y Europa representaron una parte desproporcionada del crecimiento del empleo después de la crisis financiera mundial de 2008, mientras que muchos las ciudades más pequeñas y las zonas rurales se quedaron atrás.
Ahora se están produciendo algunos cambios, aunque está por ver si cuando la economía se reactive, persistirán. Algunas empresas españolas ya están discutiendo la apertura de oficinas satélite en ciudades más pequeñas (más allá de Madrid y Barcelona), en parte para atraer talento allí. E incluso hay ciudades más pequeñas que están desarrollando programas de incentivos para alentar a los teletrabajadores a trasladarse.
Es curioso el dato de que en España las rentas disminuyeron en gran medida en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla, pero aumentaron en ciudades más pequeñas como Salamanca y Granada.
El cómo evolucionará la geografía del trabajo dependerá de múltiples factores. Entre ellos, los incentivos fiscales para empresas y trabajadores, las futuras inversiones en infraestructuras y en nuevos espacios urbanos, los costes de vida, la densidad del vecindario, el acceso cultural o la oferta recreativa.
Sin olvidar, el uso de o no de las videoconferencias y su efecto en los viajes de trabajo.
En este orden de cosas, aparece la figura del interim manager como guía experimentado en procesos de cambio, que da luz a los empresarios para abordar con éxito estas nuevas realidades tecnológicas, geográficas y, por supuesto, humanas. Hay que tener en cuenta que el interim management es una herramienta que flexibiliza y optimiza los recursos humanos de una empresa, haciendo rentables las misiones de sus ejecutivos.
Los interim managers también han experimentado la necesidad de desarrollar su trabajo total o parcialmente en remoto. Esta vivencia, lejos de suponer un impedimento para la consecución de los objetivos de los clientes, abre una nueva ventana de oportunidad. Ahora las empresas saben que pueden acceder a un conjunto mucho más grande de talento sin las restricciones geográficas existentes hasta ahora.